EL PROGRAMA ESCUELA NUEVA
“La educación quedó en manos de unos gobiernos locales que no estaban preparados”
Entrevista con la experta Vickie Colbert
Proveniente de una familia con una tradición de pedagogos Vickie
Colbert ha dedicado su vida a la educación. Fue viceministra de
educación en el gobierno de Belisario Betancur desde donde implementó la
revolucionaria metodología de Escuela nueva que se convirtió en una
exitosa alternativa para el sector rural y luego para el urbano, que ha
sido aplicada en decenas de países, incluidos Vietnam, Peru, Guinea,
Nicaragua, Perú… Fue invitada a formar parte de la Iniciativa Clinton
que reconoce experiencias innovadora que han transformado el mundo, ha
participado como experta en las conferencias TED y a finales del año
pasado recibió el Premio WISE en Educación que otorga la Fundación
Qatar por contribuir de manera sobre saliente a la educación en el mundo
con el que se distinguió el aporte del modelo educativo Escuela Nueva
por su efectividad en mejorar la calidad y relevancia de la educación
básica en escuelas de bajos recursos en Colombia y en otros países. Juan
Manuel Ospina conversó con ella.
Juan Manuel Ospina: . Colombia iba en la dirección correcta pero
algo pasó y se frenó el proceso de mejoramiento de la educación. ¿Qué
nos llevó a los resultados tan poco alentadores cuyo último campanazo lo
dio los malos resultados de la prueba Pisa?
Vickie Colbert: La Constitución del 1991 y su mandato
descentralizador fue un factor que contribuyó a frenar el el proceso de
mejoramiento de la educación. La adopción inmediata de la
descentralización en educación no fue fácil y la educación pública pasó
a ser responsabilidad de los gobiernos municipales. No se diseñaron
previamente las correspondientes estructuras municipales
descentralizadas y el Ministerio de Educación se concentró en su propia
reorganización. La suerte de la educación quedó en manos de unos
alcaldes y de unas administraciones que no estaban preparados para la
tarea. Veinte años después la situación algo ha cambiado, está
cambiando, pero el frenazo se dio, no hay duda al respecto.
JMO. ¿Cuál considera que debe ser el criterio orientador de la tarea a continuar?
VC. Desatar y darle continuidad a un proceso de innovación educativa
sistemática y de largo plazo, adaptado a las realidades propias de
los contextos locales, y construido sobre resultados concretos, medidos y
evaluados. Tanto el currículo como los modelos de aprendizaje deben
trascender el aula para integrarse a la vida diaria; solo así tendremos
una sociedad del conocimiento que permita aprender permanentemente. Una
pedagogía con enfoque vivencial, centrada en la práctica, inmersa y en
interacción permanente con la realidad natural, cultural y productiva
del entorno en que se desenvuelven los alumnos, su comunidad y sus
familias. Es una escuela convertida en centro y motor de vida
comunitaria, con maestros transformados en líderes y dinamizadores de
las comunidades.
JMO. ¿Estas características tanto del currículo como del modelo de aprendizaje exigen un nuevo maestro?
VC. Resulta un lugar común afirmar que el maestro es fundamental en
la educación, aun cuando el estudiante y su autoaprendizaje sean el
centro de la educación. Pero el asunto no se reduce a mejoramientos
salariales, necesarios pero insuficientes para lograr el cambio, o a
recuperarle al maestro y a su tarea, a su oficio, la dignidad y el
reconocimiento que les son inherentes. Por ser los maestros y no los
avances tecnológicos los actores fundamentales de la necesaria reforma
educativa, se requiere capacitarlos para que se transformen de simples
transmisores (“recitadores”) de conocimientos descontextualizados, en
orientadores y facilitadores del trabajo de sus estudiantes.
Capacitación realizada como proceso y no simple acontecimiento único y
aislado, por medio de talleres donde se articulan teoría y práctica
gracias a que se les reconoce a los maestros su condición de actores
de los cambios que se dan en el seno de su escuela a la par que
aprenden a implementar la nueva escuela; el cambio es con ellos, sin
imposiciones. Un verdadero cambio exige simultáneamente cambios en las
actitudes de maestros y administradores, para lograrlo deben
participar en todo y para todo.
JMO. Me parece entenderle que el cambio exige no solo la
participación y el compromiso de los maestros sino también de los
administradores escolares.
VC. Efectivamente, estamos frente a una acción colectiva, continuada
y sistémica que involucra a estudiantes y maestros pero también a los
administradores escolares, a las familias y a la comunidad.
Administradores que no se limiten a ser simples fiscalizadores sino
asesores en un esquema de administración escolar participativa asumida
como un sistema integral en el cual participan los cuatro actores
mencionados.
JMO. Cómo surge la experiencia de Escuela Nueva, que usted
realmente es la creadora en Colombia con un éxito que ha trascendido
fronteras?
VC. En Occidente desde hace un siglo se tienen los avances
conceptuales para elaborar un nuevo paradigma de aprendizaje – de
Montessori, de Decroly, de Dewey, Piaget y Vigotsky -, de un
aprendizaje activo centrado en el estudiante y no en el profesor,
aplicado en Colombia en colegios privados, el más famoso, El Gimnasio
Moderno de don Agustín Nieto Caballero. El maestro ya no es el simple
transmisor de una información previamente definida y contenida en unos
textos que el estudiante recibe de manera pasiva para memorizarlos. Es
un nuevo maestro que orienta al estudiante y actúa como facilitador de
un proceso educativo centrado en un estudiante transformado en el
sujeto activo de su propio proceso de conocimiento.
En los años 60 la UNESCO con base en los avances conceptuales mencionados, impulsó el modelo de escuela unitaria: un
solo maestro aplica una metodología centrada en el alumno. Escuela
pensada para pequeñas comunidades rurales en las que ese único maestro
debe atender al tiempo y en un mismo salón, a los niños y niñas de
diferentes edades y que están en distintos niveles de aprendizaje. Se
parte de reconocer la heterogeneidad existente al interior del aula y
la consiguiente necesidad de darle a cada estudiante un tratamiento
personalizado de acuerdo con su ritmo de aprendizaje. Se utilizan
fichas individualizadas con las cuales el maestro ordena, conoce y
orienta el proceso de autoaprendizaje del niño a partir de estas
guías que son verdaderos textos interactivos, dialogantes, que
sustituyen al texto convencional. La idea era “brindar una educación
completa en escuelas incompletas” y llevar los desarrollos del nuevo
paradigma de aprendizaje a amplios sectores populares rurales.
A partir de esos avances conceptuales y de las experiencias con la
escuela unitaria en Colombia - en Norte de Santander, Boyacá,
Risaralda, Antioquia… – que llegó a establecerse en el 80% de las
escuelas rurales colombianas, se diseñó en 1975 el proyecto de Escuela Nueva
como un proceso de construcción “desde abajo” de un nuevo modelo
pedagógico de educación básica, piedra angular del proceso de
aprendizaje y de un desarrollo humano permanente.
La escuela, vista como la unidad generadora de un cambio sistémico a
partir de innovaciones educativas, sencillas, económicas y progresivas
con la capacidad de impactar a la política pública. El punto era que en
el país se conocía la filosofía de la educación, lo que debía hacerse,
pero se desconocía el cómo hacerlo.
JMO. El gobierno de Belisario Betancur convirtió este modelo en
política de Estados con usted como viceministra de educación y después
usted lo ha generalizado a través de su Fundación Volvamos a la gente.
Un modelo que ha logrado sobrevivir a todas la crisis.
VC. El despegue fue significativo – para finales de los 80 había más de 30.000 escuelas rurales funcionando como Escuela Nueva y
por primera vez el país logró universalizar cinco años de primaria –;
en diez años se construyó una política pública a partir de innovaciones
locales nacidas en pequeñas comunidades rurales. Pero en 1991 el
proceso se interrumpió con el mandato descentralizador de la nueva
Constitución.
JMO ¿Qué hacer para poner a la educación en Colombia en una senda de mejoramiento continuado?
VC. Es mucho lo logrado y lo aprendido. La experiencia individual y
colectiva es clave para adelantar la tarea. Allí está la experiencia de
Escuela Nueva, que aunque no es la única exitosa, pero si considero que
tienen la visión más ajustada frente a los requerimientos del mundo de
hoy. Son decenas de miles de escuelas nuevas rurales y urbanas que
funcionan en el país; es además una experiencia aplicada en 16
países – Nicaragua, Guatemala, Vietnam, Guinea y Perú, entre otros -. Es
para rematar, una experiencia que ha sido exitosa al aplicarse también a
la enseñanza secundaria. Se debía aprovechar mucho más.
Colombia tiene una experiencia acumulada que no se debía desechar. En
el 2000 (gobierno Andrés Pastrana) la calidad de la educación en el
país estaba a la par con el promedio latinoamericano, cosa que ya hoy no
es así. A finales de los 80 en América Latina solo Colombia y Cuba
tenían una escuela pública rural con mejores evaluaciones que su
contraparte urbana. Esos hechos demuestran que el país puede, con un
compromiso de maestros, alumnos y administradores escolares, así como
del gobierno nacional y los territoriales – tanto municipales como
departamentales -, de las familias y comunidades, lograr una educación
de calidad, pertinente y al alcance de todos. Una educación de calidad
que forme y enriquezca a los jóvenes como personas y como ciudadanos,
permitiéndoles desarrollar sus habilidades y destrezas
investigativas, creativas y analíticas, a partir del aprendizaje
colaborativo que requiere la sociedad del siglo XXI
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