PARA COMPRENDER LA  HISTORIA, 
HAGAMOS HISTORIA

Tenemos que entender que la historia ya no es lo que anteriormente era. Ya no podemos hablar de historia de contar historia, es decir, de lo que podríamos decir, una historia rosa.

Por historia rosa se entiende una narración o relato de hechos en algunas ocasiones refrescados, que tienen como objetivo contar que todo estuvo bien en el pasado.

Pero los cambios que se han dado en la enseñanza de la historia, es que hemos pasado de una “historia descriptiva”, a una historia explicativa y reflexiva.
La historia rosa es la misma que otros asimilan como “historia personal”, es decir, el relato de la supuesta vida social de los grandes personajes que han movido el desarrollo social de la humanidad. Pero por lo general, relatos circunscritos a temas banales y casi de dioses. Es llamativo, como la historia de personajes nunca ha explicado cómo se formaron las grandes fortunas precisamente de los hoy apellidos famosos en la política colombiana, así como de los grandes industriales.

Dicha historia es la semejanza a la historia de “bustos”, esa que vemos reflejada en las plazas públicas y grandes edificios gubernamentales, sitios en los cuales se alzan o elevan monumentos a los supuestos grandes patriotas. 
Qué casualidad que todos nuestros ex presidentes, cuyos bustos vemos por todo el país, hayan sido unos honestos prohombres, cuando sabemos por simple coincidencia, que nuestra historia patria es la historia de la corrupción política y administrativa que ha endeudado, feriado y vendido el país, en especial, sus bienes públicos. Eso que denominan privatización. Pero lo que es peor, gran parte de nuestra historia esta manchada de sangre, producto de acciones y decisiones de esos grandes personajes que dicen engalanar el Altar de la Patria.

Afortunadamente se han dado grandes cambios en América Latina no sólo en la enseñanza de la historia desde el punto de vista didáctico, sino ante todo temático, al pasar de la historia “rosa” a una historia vivencial, es decir, aquella que hace énfasis en los personajes o actores que por mucho tiempo estuvieron ocultos, tales como mujeres, obreros, artistas, deportistas, periodistas, analistas políticos, docentes, profesionales en general, y hasta nuestra niñez.

Hoy para hacer historia en cuento enseñanza, tenemos que ir hasta los mercados públicos para preguntarle a esos supuestos personajes anónimos, como la vendedora de frutas, el vendedor de carne, el cargador de bultos, cómo es su trabajo, por qué lo hace y que haría si se le diera una nueva oportunidad vivencial. Pero también vamos al mercado a la plaza, a preguntar por precios y a conocer frutas y verduras. Así también se hace historia.
Son estos, personajes o actores sociales del común, sin los cuales los personajes de bustos no podrían estar en los pedestales que hoy ocupan en edificios públicos o avenidas y calles de nuestro país.

Pero si bien ha habido un cambio en la historia, es decir, que hemos pasado de una rosa a una más concreta y vivencial, es necesario tener presente ciertas características y técnicas pedagógicas para su enseñanza.

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