HISTORIA DE CORDOBA


LOS ZENUES:
LOS GRANDES INGENIEROS PRECOLOMBINOS

UNA GEOGRAFÍA RODEADA DE RÍOS Y GRANDES ÁRBOLES

La cultura Zenú se desarrolló en medio de una naturaleza de abúndate agua entre llanuras y serranías. Como quien dice, de la mano de Dios.

Los ríos San Jorge y Sinú que nacen en el Nudo de Paramillo, los cuales a lo largo de su recorrido riegan las fértiles tierras aledañas constituyen la expresión fluvial de la cultura Zenú.
Las Serranías de San Jerónimo, y la cordillera Occidental y la serranía de Ayapel, constituyen la naturaleza arbórea que rodeo a los Zenús.

El río Nechí también formó parte del medio geográfico Zenú. Precisamente este último debió constituirse en la ruta de contacto entre los Zenúes y otras culturas indígenas. 

La geografía ofrece tres dominios Zenúes. El área de concentración poblacional de los Zenúes mayormente fue el departamento de Córdoba, y en menor proporción los de Sucre y Antioquia.

En la época precolombina el gran Zenú estuvo gobernada por tres caciques emparentados entre sí. Eran hermanos. De ahí que la división política sobre todo eran tres:

§  Panzenu, con dominio sobre las tierras aledañas a los ríos San Jorge y Bajo cauca;

§  Finzenú, con dominio sobre las tierras aledañas al Sinú, y
§  Zenufana, con dominio en el valle del Nechí.

Finzenú sobresalía entre los tres territorios. Era el cacicazgo más populoso y más grande. Los españoles se sorprendieron de encontrar en Finzenú plazas y calles debidamente demarcadas; así como casas comunales y multifamiliares, que se caracterizaban por el orden y la limpieza de sus habitantes.

A la llegada de los españoles a tierras cordobesa, el Finzenú estaba gobernado por una Cacica, a quienes los otros dos cacicazgos les rendían sumisión. Esta contaba con toda una corte de mujeres que le servían en sus quehaceres domésticos y personales.

Finzenú contaba con un gran templo, que según los cronistas españoles podía albergar cerca de  mil personas. Dicho templo estaba decorado con 24 grandes figuras de madera debidamente taladas con formas humanas, recubiertas en oro. Alrededor del templo había una gran arboleda de jobos y ceibas.

En el territorio Finzenú se llevaban a cabo los enterramientos y ritos funerarios, los cuales se caracterizaban por el depósito del muerto en medio de una vasija de cerámica, acompañada de innumerables reliquias elaboradas en oro, así como en algunos casos, dependiendo de la importancia del difunto, a este lo enterraban con su sequito de sirvientes vivos.

Los enterramientos Zenúes se caracterizaban por ser una especie de mastaba o pirámides de barro. Esto le permitió a los conquistadores españoles distinguir en donde había oro, de ahí que se constituyeron en lugares de profanación y saqueo de la cultura Zenú.

UNA SOCIEDAD DE MADAMASES Y MANDADOS
Los madamases

La cultura Zenú fue jerarquizada, en donde unos mandaban, mientras otros obedecían. Estaba dividido en 103  cacicazgos, al frente del cual se encontraba un cacique, el cual contaba a su vez con un ayudante que hacía las veces de Vice Cacique. A su vez los cacicazgos se agrupaban en tres grandes provincias, que como sabemos fueron Finzenú, Panzenú y Zenufana.

La provincia de Zenufana era la dominante política y económicamente. En su territorio se encontraban los principales yacimientos de oro; metal que fue de gran expresión religiosa y cultural para toda la cultura Zenú.

En Finzenú gobernaba la célebre cacica Totó, y en Panzenú el muy conocido cacique Yapel.

A él cacique le seguían como en casi todas las culturas precolombinas los sacerdotes o chamanes. Estos eran los guías espirituales del cacicazgo, y quienes establecían el contacto entre los humanos y los dioses. También eran los curadores o médicos de la época.

Aparte de su poder los mandamases se caracterizaban por la elegancia de sus vestidos, elaborados en fino algodón y vistosos colores, así como adornos tales como pectorales, argollas, aretes y collares laborados en oro y expresivos en figuras variadas del entorno natural. 

Los mandados

En el nivel medio de la pirámide social de los Zenúes se encontraban los guerreros, quienes defendían el territorio Zenú, seguido de los comerciantes, quienes intercambiaban el oro y algodón Zenú con culturas vecinas, incluidas las del interior del país.

Seguían en orden social los trabajadores, como agricultores, pescadores y artesanos, quienes eran los que producían la riqueza de la cultura Zenú.

Finalmente en la escala social Zenú se encontraban los esclavos. Unos eran los prisioneros de guerra, y otros los que se endeudaban y no tenían con que pagar, y terminaban como esclavos. 

UN SISTEMA PRODUCTIVO ENTRE LO COMUNAL Y LA PROPIEDAD DEL CACIQUE

Entre la yuca y el maíz. La agricultura era la principal actividad económica, la cual se basaba entre la propiedad comunal de grandes extensiones de tierras comunales y, el trabajo de la mayoría de Zenúes, pero la apropiación privada para los Caciques y caciques mayores jefes de las tres federaciones.

Los principales cultivos Zenúes como la mayoría de tribus precolombinas eran la yuca y maíz.

… esta tierra del Cenú es de muchos 
matenimientos de los de aquella tierra, el pan y el vino es de harina de maíz. También hay raíces de que se face el pan como en las islas de Cuba y Jamaica y la Española; pero son de otra calidad, porque las de las islas son… malas (yuca brava), que si uno come de una dellas muere como si comiese rejalgar… y las desta tierra del Cenú y de toda la tierra desde aquí adelante cómenlas crudas y asadas, que son muy buenas de comer y de gentil sabor… (Fernández de Enciso, cronista español)

El maíz era más común en el territorio Finzenú que entre los Zenúes orientales. Los españoles destacaron la falta de maíz en Ayapel. En Finzenú lo encontraron almacenado en las casas, también y en abundancia en Tolú.

Pero la yuca era la más preciada, la cual se encontraba en 12 tipo, entre ellas la de piel amarilla, azul, lisa y áspera, pero destacándose de manera especial la llamada sagú o yuca sagú.

Existía un cultivo abundante de totumos, los cuales en tiempos de la Conquista a vender o comerciar a Cartagena. Al igual que hoy en día, en tiempos de los Zenúes los totumos eran recipientes de agua y chicha.

Todo lo anterior se complementaba con la producción agrícola de ñame, auyama, patilla, aguacate, tomate, guamos, caimitos y otros. Productos que hoy siguen siendo parte de la dieta de los cordobeses.

Pesca y caza en medio de ríos y abundantes bosques. La alimentación de los Zenúes se complementaba con carne de animales como venados, conejos, iguanas, morrocoyos, tortugas, pavos y palomos, especies que abundaban en medio de bosques y selva del entorno. Aunque la carne era un privilegio de los mandamases.

Los peces, con la abundancia de agua de ríos y embalses artificiales construidos por los propis Zenúes propiciaban peces, cangrejos y langosta de agua dulce. Entre los peces por supuesto sobresalía el bocachico. La hicotea era otro animal que abundaba cerca de los ríos.

En los tiempos de los Zenúes el bocachico era abundante en lagos, lagunas, ríos y estanques artificiales. Lo era por el sentido Zenú de vivir en equilibrio con la naturaleza, ya que al cultivarlo en los ramales de los ríos San Jorge y Sinú, las condiciones les propiciaba el que siempre contaran con inventario.

La pesca, caza y parte de la agricultura corría a cargo de los hombres. Las mujeres cuidaban de los oficios del hogar pero ayudaban en la recolección de los productos agrícolas, al tiempo que eran artesanas por excelencia.

En lo económico del territorio Zenú tenía su división social del trabajo. Los Panzúes eran agricultores y pescadores por naturaleza; los Senufanas eran los orfebres, ya que contaban con ricos yacimientos de oro; y los Finzenúes eran los artesanos, destacándose en el tejido y la cestería.

Los aretesanos de la caña flecha. La mejor expresión de la artesanía Zenú se refleja hoy en día en los productos elaborados con la caña flecha, entre los cuales sobresale el famoso “sombrero vueltiao”, acompañado de alpargatas, manillas, bolsos, canastos, etc.

LA CAÑA FLECHA, LA EXPRESIVA PLANTA

ZENÚ RICA EN ARTESANÍAS


La caña flecha es una planta parecida a la caña de azúcar, pero su tallo y  hojas son más delgadas. Crece en terrenos húmedos, cerca a ríos, y lagunas. 

El tallo de la caña flecha es utilizado para cercar las casa de bahareque. Las espigas se utilizan como caña de pescar; pero las hojas constituyen el elemento primordial para elaborar artesanías como bolsos, carteras, billeteras, cinturones, aretes, pulseras, anillos, etc.).

Los artesanos de descendencia Zenú, al igual que sus antepasados, utilizan solo la vena interna de la hoja de la planta, quitándole los lados. Raspan la vena y la dejan secar al aire libre, las cuales luego  son cortadas de diferentes anchos, dependiendo de la artesanía a elaborar.
       
La filosofía de la Caña Flecha

La caña flecha tiene un gran sentido filosófico y religioso para los Zenúes. Sentido que sigue teniendo hoy en día. Por ejemplo, cuando una mujer le regala a un hombre un sombrero vueltiao, esto significa que se compromete con él. Por su parte el sombrero vueltiao posee el significado del respeto, ya que cuando se encuentran dos hombres, cuando, cuando pasa un sepelio o cuando entran a un templo, se quitan los sombreros.

Entre más vueltas más fino es el vueltiao  
Los sombreros más finos son los de 19, 21, 23, 25 y 27 vueltas. Pero ojo, esto no se refiere  a las vueltas que se le dan a la materia prima del sombrero, sino al número de pares de fibra que se trenzan. Pero se dice que el sombrero más fino y el más costoso es el "Veintiuno".

Ver video de cómo se hace un sombrero vueltiao:
§  http://www.taringa.net/posts/videos/2247688/Como-se-hace-un-Sombrero-Vueltiao-Colombiano.html
§  http://www.youtube.com/watch?v=6Z9oZHhC9GA&feature=related
Complementa con:
§  http://www.colombiaaprende.edu.co/html/directivos/1598/article-150896.html
Los españoles al llegar a tierras Zenú se quedaron admirados al ver a los antepasados de Córdoba descansar en hamacas. Desde entonces ya era toda una tradición.

…Dormían todos en hamacas, en especial la señora cacica, que no sólo tenía muy curiosa y pintada, sino que a los lados de ella hacía que durmieran en el suelo, los rostros para abajo, dos doncellas mozas y de buen parecer, sobre quienes ponían los pies al subir y bajar de la hamaca … (Pedro Simón, cronista español en tiempos de la Conquista)

Ceramistas de su tiempo. Igualmente los Zenúes fueron unos artesanos de la cerámica. Elaboraban ricas y decoradas vasijas para depositar agua de beber y utensilios de cocina como platos y especie de ollas para preparar sus alimentos. Pero también elaboraban hermosas figuras de seres humanos, zoomorfas o de los animales del entorno geográfico en donde habitaron.

      Los Zenúes de Betancí se caracterizaron por la elaboración de copas de pedestal alto y ollas globulares de colores negro, habano y rojizo. También las había con incisiones en medio de figuras geométricas, decoradas con figuras de animales, especialmente jaguares.

Otra expresión de la alfarería Zenú fueron las urnas funerarias, especie de grandes vasijas en donde depositaban el cuerpo del difunto. Por lo general su tapa era decorada con alguna figura animal.

La alfarería se complementaba con la talla enmadera de los más diversos productos. No se debe desconocer que los Zenúes usaban como especial de cucharas hechas de los totumos.

Sobre la talla en madera es famoso el templo Zenú del cual nos habla Fray Alonso Zamora, cuando dice:

…Había una casa, que según su capacidad parecía Templo de aquella nación, hallaron veinte y quatro Idolos de madera; los doze con figuras de hombres; y los otros doze de mujeres; y todos con cuerpos de Gigantes, vestidos con planchas de oro, mirándose unos á otros, sustentaban sobre los hombros una gruessa vara, en que estaba colgada una Amaca, que era el adoratorio común de aquella Nación; en que las piezas de oro que ofrecían hallaron algunas labradas á martillo (martilladas), y otras por fundición…

MUSEO ZENU – VER VIDIEO

ORFEBRES DE LA FILIGRANA

Quizás la más expresiva orfebrería precolombina fue la Zenú. De esto dan testimonio las figuras de animales, que como el jaguar, el venado, diversos tipos de pájaros, los pectorales y orejeras, estas últimas en forma de bolsos,, elaboradas mediante la técnica de la filigrana fundida o falsa filigrana, así lo demuestran.

Los Zenúes tuvieron a bien representar con el oro la avifauna de su entorno natural, especialmente la marina, a través de artísticos penachos, parejas y tríos y remates de bastón.

Caracoles, corpiños femeninos, alfileres, cuentas de collar y felinos, hicieron de los Zenúes los orfebres precolombinos por excelencia.

Los Zenúes obtenía el oro en las arenas rojizas del alto Sinú y en el alto río San Jorge. El oro llegaba a Finzenú procedente de Dadeiba, para lo cual los Zenúes construyeron puentes que les permitieron atravesar el río cauca y llevar el metal precioso hasta Finzenú desde el valle del Cauca y su rico afluente en el río Nechí.
      
Finzenú fue por excelencia la nación de los especialistas en la filigrana Zenú, los orfebres de la calidad, como quien dice, los Gucci de la época actual.

Los Zenúes estaban familiarizados con las técnicas de fundición, aleación, martillado y vaciado, las cuales podemos describir así:

§  Cera pérdida. Consistía en la elabora del molde de la figura que se deseaba, con base en arcilla; este molde se dejaba al aire libre por varios días, luego de añadirle cera de abeja. Al cabo de un tiempo se ponía a derretir la cera, para finalmente verter el oro líquido en el molde que quedaba. Por último, s esperaba que el oro se enfriara, y así se obtenía la figura trabajada después de romper el molde. Efectuaban aleaciones de oro y cobre y, quizás, de oro y plata. Para el vaciado usaban la técnica de la cera perdida, que consiste en elaborar el objeto en cera o resina, cubriéndolo después con arcilla; cundo se somete al fuego, la cera se derrite y sale por unos orificios practicados para el efecto, y queda un molde de cerámica.

§  Martillado. Consistía en martillar el oro semiduro o en frío, dada su maleabilidad. Esta técnica se usaba especialmente para figuras planas, como pectorales, máscaras y narigueras, entre otras.

§  Soldadura. Era la unión de piezas de oro, con ayuda de cola vegetal.

§  Recortado. Consistía en recortar finas láminas de oro, para hacer las figuras que se deseaba, principalmente las de sentido geométrico.

§  Tumbaga: se trataba de la aleación del oro con otros metales, principalmente cobre. Por medio de la tumbaga el oro se podría fundir a 800 grados centígrados, mientras que para el oro puro se requerían cerca de 1.100 grados centígrados.
  

LA HIDRÁULICA ZENÚ: CONVIVENCIA ENTRE EL SER HUMANO Y EL AGUA

La cultura Zenú se caracterizó por su entorno acuático, ya que  sus expresiones manifestaciones se han podido detectar en las hoyas de los ríos Sinú, San Jorge, Cauca y Nechí; gracias a lo cual tuvieron innumerables facilidades de comunicación, reservas alimenticias y posibilidades de recibir e influenciar a regiones más apartadas a través de ríos
El río Sinú se ha caracterizado a través de los tiempos por recorrer una zona plana y anegadiza. Por su parte el San Jorge recorre zonas planas y onduladas pero de gran fertilidad por el beneficio de sus aguas.

El poblamiento de las zonas inundables del bajo San Jorge, fue un proceso que se dio paulatinamente en  más de dos mil años. Concretamente desde antes del siglo IX a.C., hasta los siglos X-XII de nuestra era.

Una obra hidráulica que pese a la barbarie actual. Aún subsiste 

Las aguas que llegaban en tiempos de los Zenúes, al igual que hoy,  a Córdoba, bajan desde las cordilleras, produciéndose grandes inundaciones, pero con la característica que dichas aguas  llega con un fértil depósito de sedimentos. Es decir, un mal con un bien. La situación radica en cómo se aprovecha el agua y sus nutrientes para la agricultura. Los Zenúes lo hicieron favorablemente gracias a un sistema hidráulico de gran relevancia de ingeniería para la época tanto de ayer como de hoy.

A diferencia de los Zenúes, la Córdoba de hoy en día ha hecho caso omiso del sistema hidráulico de sus antepasados, basando su interés en la gran extensión de tierras para el ganado, con las consecuencias conocidas  como que la gente sufre, año tras año, la pérdida de sus viviendas, enseres, cosechas y ganado.
      
El sistema hidráulico Zenú consistió en mantener estables los cursos de los ríos y caños; es decir, que las corrientes de agua no se salieran de su curso. Para esto se hicieron bordeados de islotes artificiales donde se levantaban las viviendas. Perpendiculares a estos cursos, los zenúes cavaron canales hasta de cuatro kilómetros de largo con 10 metros de separación entre sí, por donde el agua de la creciente vertía hacia ciénagas más bajas. De esta manera la corriente era frenada con canales cortos y entrecruzados, de 30 a 70 metros de largo, para cubrir grandes áreas dedicadas al cultivo.

Bordeaban los ríos con obras civiles, pero haciendo estaciones artificiales en donde tomaban agua aparentemente sobrada del río para depositarla como quien dice, en estanques, de los cuales sacaban el preciado liquido de la vida para sus cultivos.

Hoy en día las zonas aledañas de los ríos de Córdoba son ocupados por sitios de vivienda, los cuales inevitablemente se inundan en las temporadas de lluvias. O en su caso, los respiradores de los ríos son secados para el pastoreo de ganado; espacio que luego en ocasiones el rio vuelve a ocupar, o en otros casos se desplazan las corrientes de agua a otras zonas, produciendo las conocidas inundaciones.

De esta manera las hectáreas habilitadas para la agricultura, al bajar el nivel de las aguas los canales mantenían una reserva de humedad para el tiempo seco, con el aporte de sedimentos ricos en nutrientes, que eran recogidos en los lechos de los canales y transportados hasta el tope de los campos elevados para fertilizarlos y alistarlos para ser cultivados. 

Algunos sectores habilitados eran dedicados a un solo producto mientras que otros sostenían diversas especies. Entre estas estaban: coca, maíz, batata, ahuyama, ají, calabaza, yuca y muchas frutas. 

El sistema hidráulico prehispánico fue construido para manejar el agua de las inundaciones, aprovechar la zona para la agricultura y establecer una numerosa población. Dicho sistema estaba formado por una compleja red de canales artificiales de diversas dimensiones que cumplieron distintas funciones. Ver grágicas:

Los caños principales de desagüe de la Depresión fueron los ejes del sistema de drenaje (Figura 2). De occidente a oriente, las aguas fueron controladas a lo largo del curso antiguo del río San Jorge y de los caños Rabón y Mojana.


ORAR, BAILAR  E IR A LA MÁS ALLÁ EN LC CULTURA ZENÚ

  Los Zenúes como  buenos precolombinos eran politeístas. Creían en la naturaleza como la superioridad de todas las cosas. La madre tierra era la que daba todo, como la vida y sus frutos. Los astros, el Sol y La Luna formaban parte de la adoración Zenú.

La naturaleza que los rodeaba especialmente el agua, represnetada en los ríos, lagos, lagunas, montañas y bosques, eran adorados y representados por los Zenúes.

Los sacerdotes eran una casta privilegiado entre los Zenúes. Eran estos quienes los ponían en contacto con los dioses. Tenían también el papel d echamanes y por supuesto, de curadores de todos los males y enfermedades.

Los dioses Zenús eran  representados en forma de figuras de madera tallada y laminados en oro. Contaban con sitios especiales para su adoración.

La muerte para los Zenúes era un viaje al más allá. A dicho viaje iba que ir bien acompañados, por lo que los grandes jefes eran enterrados en tumbas especiales, rodeados de un sequito de sirvientes y guardianes que acompañaban al difunto hacia el más allá. Comida, armas y abundantes piezas de oro acompañaban al muerto en sus viajes hacia la eternidad. Fue por eso que los Zenúes distinguían las tumbas con grandes montículos, especie de pirámides Zenúes. Por estas razones fueron fácilmente identificables por los Conquistadores españoles, que sometieron el descanso eterno Zenú en expresión de codicia por robarles el oro que laboriosamente había tallado para sus antepasados.

La vida Zenú también como hoy en día también contaba con espacio y tiempo para la alegría. Las danzas o bailes formaron parte de la cultura Zenú. Bailaban para celebrar como cualquier ser humano, y lo hacían mientras bebían chicha de maíz. Pero bailaban también para agradecerle a la naturaleza por las buenas cosechas.

Parte de la tradición Zenú se puede recoger hoy en día en las diversas festividades que se llevan a cabo en Córdoba, no en vano se puede decir que la flauta de millo es tradición indígena que de una u otra forma ha podido tener su origen en la cultura precolombina.

Danzar al ritmo de simulación de animales y entonar sus expresiones, es posible que sea parte de la tradición Zenú, en razón a que la diversidad de la fauna del entorno de la geografía en donde habitaron estos, siempre fue representada de una u otra manera en la cerámica y la orfebrería,

Para los Zenúes la danza formo parte de la expresión de vida, en un instante en donde se vivió en la tierra, antes de ir al más allá. 

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