BARRANQUILLA Y EL APORTE EXTRANJERO
EL EMPUGE
EXTRANJERO
SE TOMA A
BARRANQUILLA
El
italiano Carlo Vedovelli así describía a Barranquilla en 1892:
“… es una ciudad casi
nueva, con un gran movimiento, con casas bellísimas siempre blanqueadas, con
plazas, tranvía y alumbrado eléctrico, con un teatro en construcción, oficinas
de correo, telégrafo, etc. En conjunto es una ciudad bellísima, lastimosamente
carece por completo de pavimentación y las calles están cubiertas por un
estrato de arena de 30 cms. de alto (…) se han establecido ahí muchísimos
mercaderes extranjeros (que) tienen amplias bodegas llenas de mercaderías del
interior de Colombia que ahí concurren para sus acaparamientos”.
Independencia
y extranjeros. La presencia
extrajera en Barranquilla está estrechamente relacionada con nuestro proceso de
independencia, y se expresa con Louis Brio, militar curazoleño-venezolano; Francisco Burdett O'Connor, de Irlanda y James Duncan, también de Irlanda, quienes
acompañaron a Bolívar en su gesta. Precisamente, Duncan en una cena que le ofreció al Libertador en
nuestra ciudad, estuvo acompañado del
conde de Suecia Federico Adlerkreutz, el alemán Felipe Braun y el judío-alemán
Juan Bernando Elbers, a quien Bolívar había invitado que pusieran en marcha en
la Nueva Granda su experiencia en materia de transporte fluvial a vapor.
Se
dice que liberada Barranquilla de los españoles, y con presencia del Libertador
en nuestra ciudad, quien entonces se alojaba en la casa de Ducan, un grupo de
“chaquetas rojas” irlandeses festejaban en medio de una algarabía y de tomata
al compás de las campanas de la iglesia de San Nicolás.
Más
tarde a Barranquilla llegaron los hermanos John y Edward Gleen, provenientes de
Canadá, comisionistas de bolsa y barqueros. Precisamente, Elbers trajo a Juan Batis,
James Patten y Santiago C. Reeves y al holandés Jualían Coca, para que lo
acompañaran en su proceso de promover la navegación a vapor por el río
Magdalena.
En
1860 ya se contaba con la presencia de la diplomacia americana en Barranquilla
a través del cónsul, J.W. Magill y el Vicecónsil, William B. Store, quienes
disponían de sus cargos entre Sabanilla y Barranquilla.
Pero
a la par con la representación de los Estados Unidos también había
representación de Alemania, Italia
A
mediados del siglo XIX el viajero francés Eliseo Reclus decía que “La
importancia de Barranquilla se debe casi exclusivamente a los comerciantes
extranjeros, ingleses, americanos, alemanes, holandeses, que se han establecido
allí en los últimos años; han hecho más considerable de la Nueva Granada”.
Esa
era la Barranquilla de las grandes colonias de extranjeros que trajeron el
impulso industrial, comercial, social y cultural a la sería considerada en su
momento LA PUERTA DE ORO DE COLOMBIA, toda vez que por aquí entraba y se
quedaba el progreso.
LOS BRITÁNICOS,
PRIMEROS EN LLEGAR. Los primeros acuerdos militares y económicos los tuvo la
Nueva Granada con Inglaterra, lo cual inicialmente se dio a través de la isla
de Jamaica, no en vano entre los primeros extranjeros en llegar a Barranquilla
fueron Santiago Ducan y John Glenn.
Ducan
era un irlandés, hijo de un militar de alto rango de la Armada Británica. Hacia
1820 Ducan posesionó sus negocios en la naciente y emprendedora Barranquilla.
Gozó de una gran amistad con el Libertador, e incluso, lo tuvo de invitado en
su casa en la “arenosa”.
Glenn
por su parte fue otro inglés que aparte de su apoyo a la causa de nuestra
independencia, contó con negocios en Barranquilla. No en vano ambos ingleses
contaron con empresas en nuestra ciudad, como: Powles Wilson & Cía, E. H.
Steel, James Ducan, Willian Duncan, Jhon Glen, Jhon Cohen y George B. Watts.
Los
ingleses hicieron su aporte a la navegación a vapor por el río Magdalena cuando
cinco ingenieros británicos bajo la dirección de Mr. C.C. Wigg coordino el
trabajo de la construcción de los vapores Rafael Núñez, Cartagena y Pedro Vélez
en 1880. En esto también contribuyeron los hijos de los citados ingleses Glenn
y Duncan.
Roberto
Augusto Joy fue un inglés que a través de la Compañía Unida de navegación
también contribuyó a la navegación por el Magdalena, empresa que después se
unión con las compañías América y la de Simmonds, llegando a poseer 5 grandes
barcos, edificaciones y muelle propios, e incluso, formo parte de quienes en
febrero de 1880 inauguraron el acueducto municipal.
Ingenieros
ingleses como Willian Shepard y Henry Greenback a trabajar con la compañía
alemana que construyó la vía férrea Sabanilla – Barranquilla.
BARRANQUILLA COME PASTA
CON VINO.
Los italianos nos traen la pasta y el desarrollo industrial. Antonio
Paternostro., quien inicialmente llega a Cartagena en 1868, después se instala
en Barranquilla y se dedica a la Empresa de Vapores Paternostro, contribuyendo
con la Colombian Railwais and Navigation
Company a impulsar comercialmente el río Magdalena.
Antoni
Volpe se dedica a exportar café, tabaco, cueros, etc. a Europa, mientras
importa telas y joyas. Más tarde sus descendientes se dedicarán a la industria
metal mecánica alrededor de Industrias
Volpe. El edificio comercial de esta familia hoy se puede apreciar en la Plaza
de San Nicolás.
Para
1908 en Barranquilla hay cerca de 400 italianos dedicados en su mayoría al
comercio y a los oficios artesanales, los cuales en 1922 fundan el Club
Italiano y auspician la creación del Colegio María Auxiliadora con la presencia
de mongas italianas.
La
presencia italiana en la “arenosa” influye en la industria del calzado con la Fábrica de Calzado Faitala de Celia &
Barletta. El Hotel Astoria se convierte en parte emblemática de la ciudad y
tanto la fotografía como los productos ópticos y el cine tienen presencia
itálica con Floro Manco, lo cual se refrenda con la acción fotográfica de
Michelle Tepedino.
Al italiano Floro Manco se le
considera el autor del primer documental realizado en Colombia, el
cual por cierto fue dedicado al Carnaval de Barranquilla en 1914. Igualmente se
le atribuye haber sido director del primer largometraje realizado en Colombia,
"De Barranquilla a Cartagena" en 1916. Datos de: Rojas Romero, Diego. Cine
colombiano. Primeras noticias, primeros años, primeras películas.
Revista Credencial Historia, 88
Generoso
Mancini pone a comer pasta a los barranquilleros, la costa Atlántica y el país
en general con su Fábrica La Insuperable, en donde lo predominante es como
decían sus avisos comerciales:
Fabricante
de: Harinas de Trigo y de Maís, Pastas Alimenticias, Galletas de Fantasía y de
Soda, Aceite puro para mesa y de exquisita Manteca Vegetal LA INSUPERABLE que
ha merecido la confianza del público. Estos productos son elaborados con
maquinaria moderna y de primera calidad. Pruébelos y quedará satisfecho.
Los
hermanos Nucci crean Industrias Metalúrgica Nucci hermanos, fabricando
puertas de acero enrollables, ventanas de acero y hierro.
Pero
Italia, que se debatía en los años 30 – 40 del siglo XX con el fascimo de
Mussolini a la cabeza como aliado de Hitler, también es tierra promisoria de las
ideas socialista con Antoni Gramsci a la cabeza. Ideas que trae a Colombia
Biagio Bartela y Gemmaro Viggiano, así como Rocco Voto, Carmelo De Marco y
Antonio Russo influyen sobre la organización de obreros del banano en la zona
bananera de Ciénaga en tiempos cuando se luchaba contra las políticas de United
Fruit Compay.
Carlo
Sardi describía a la Barranquilla de comienzos de la I Guerra Mundial así: “Una ciudad casi nueva (…) con bellas casas
y plazas, alumbrado eléctrico, teatro, oficinas pública”.
LOS JUDÍOS
ESPAÑOLIZADOS AL ENCUENTRO CON BARRANQUILLA. En 1942, en momentos
cuando Colón llegaba a América, España unificada en torno a los reinos de
Castilla y Aragón expulsaban al último reducto Moro. Pero al mismo tiempo, el
llamado “fraile diabólico” Tomás de Torquemada, confesor de la reina Isabel “la
Católica”, le hablaba al oído diciéndole que había que expulsar a los judíos o
que estos se volvieran al cristianismo.
España
nunca se repondría de haber despreciado el conocimiento árabe y la inteligencia
para los negocios de los judíos sefaraditas o judíos residentes en España.
Muchos de estos optaron por conservar su religión, por lo cual les toco salir
de España con lo que escasamente se pudieron llevar. Fue así como quienes huyeron
lo hicieron a través de Portugal, y de ahí emigraron a Holanda, Alemania, Inglaterra
y Francia, razón por la cual algunos miles llegaron a Aruba, Curazao, Sain
Thomas, Jamaica y otras islas del Caribe.
Los
judíos sefarditas, como en general los judíos de otras vertientes se
caracterizaban por ser trabajadores, ahorrativos, innovadores y poseedores de
una gran mentalidad capitalista. Fue así como muchos de ellos del Caribe vieron
un poblado que se abría paso a pasos agigantados en donde la mentalidad
emprendedora capitalista podía hacer florecer el esplendor de sus ideas. Ese
poblado era barranquilla.
Jacobo
Cortissoz, un ejemplo de empresario emprendedor. Se traslada a Barranquilla
procedente de Curazao hacia los años 70 del siglo XIX y se une con la hija de otro
judío, familiar suyo, Jacobo Álvarez, quien ya estaba en esta ciudad desde
1841. De ahí en adelante el matrimonio Cortissoz Álvarez Correa marcará la
pauta en los negocios.
Jacobo
Cortissoz se alinea con Joseph Helm y funda la Sociedad J. Helm & Cía, a través de la cual participan en la
constitución del Banco Barranquilla en 1873, siendo este el segundo banco del
país, después del Banco de Bogotá.
Financiero
por excelencia, ve en los negocios de préstamo de dinero, compra de deudas,
financiamiento de empresa, la mejor forma de impulsar el desarrollo de
Barranquilla. Constituye la empresa Cortissoz, Correa, Crédito mercantil. Se
abre paso en la gran empresa de trasporte Compañía
Colombiana de Transporte en 1905, la cual es la unión de cuatro empresas
similares, entre ellas la de los judío alemanes que participaron en la
construcción del Ferrocarril Sabanilla – Barranquilla Julius Hoenisgsberg, Martín Wessls & Co (ambos
judíos alemanes) y la Compañía del cubano Francisco Javier Cisneros, quien construyó el
Muelle de Puerto Colombia. Dicha empresa llegó a tener en 1892 16 embarcaciones
propias.
Por
medio de Cortissoz & Cía. incursiona en la industria cervecera al
constituir en 1913 la Cervecería
Barranquilla, ente que también fabrica hielo en la calurosa Barranquilla.
Sus cerveza San Nicolás, Agüilla, Escudo y Gallo Fino llegar hasta los
consumidores del Valle y Cauca a través de ríos y a lomo de mula.
Otra
empresas de finanzas fue Cortissoz Correa Crédito Mercantil, fundada en 1914,
también dedicada a la explotación de sal y a la intermediación mercantil en la
exportación e importación de mercancías a través de Sabanilla.
Jacobo
Cortissoz es de todo, como buen capitalista, y ve en Barranquilla el medio
propicio para incursionar en negocios como la fabricación de fósforos,
aserríos, y hasta se mete en la sociedad que funda el Acueducto de
Barranquilla, el cual fue dado al servicio en 1880, el cual en 1894 es descrito
de la siguiente manera:
“El
agua que suministra a la ciudad, en los extremos á la ciudad la toma á algo más
de una milla, en el río Magdalena, por medio de bombas de doble efecto, que
conducen 42.000 galones de agua por hora á una población de más de 30.000
habitantes, que gasta a discreción.
El servicio actual, en los extremos de
la ciudad, se hace por medio de siete pilas ó surtidores, convenientemente
situados, que abastecen á infinidad de aguadores particulares que la expanden a
lomo de asnos; pero hay varios carros pertenecientes a la Compañía que prestan
el mismo y más barato servicio”. (Directorio Anuario de Barranquilla, 1984)
La
gran actividad emprendedora de Jacobo Cortissoz es continuada por su hijo
Ernesto, quien participa en la Compañía de Bocas de ceniza, en momentos cuando
esta se comenzó a abrir con apoyo de la ingeniería científica, y que años
después llevaría al Puerto de Barranquilla. El crisol del trabajo emprendedor
de Ernesto Cortissoz se ve cristalizado con la fundación de Sociedad Colombo Alemana de Transportes
Aéreo SCADTA en 1919, que después sería AVIANCA.
En
uno de los apartes del acta de constitución de SCADTA se puede leer con
claridad su objeto:
“Artículo Segundo. El
objeto de la sociedad será la explotación comercial del ramo de transportes
aéreos por medio de hidroaviones o cualesquiera otros aparatos apropiados á la
navegación aérea de pasajeros, equipajes, correspondencia etc., y en general se
ocupará de todo negocio lícito concerniente al expresado ramo del transporte aéreo…”
Como
en el caso de los judíos, se pueden mencionar cientos de extranjeros que
hicieron de Barranquilla un punto en donde sus ideas, iniciativas y proyectos
empresariales se juntaron a una ciudad que les posibilitó hacer realidad sus
sueños, al tiempo que esta urbe se proyecto ante Colombia y el mundo como un
emporio de emprendimiento capitalista.
Cabe
destacar a los hermanos Salzedo Ramón, judíos sefarditas, de ahí que sus
apellidos estén españolizados, como la mayoría de esta fracción del judaísmo.
Dichos hermanos establecieron en Barranquilla en 1878 una colosal empresa de
aceite llamada LA INDUSTRIA, la cual contaba con una poderosa línea de
producción para la fabricación de envases de vidrio, lo que les permitía producir y envasar 2000 botellas diarias de
aceite.
La
empresa en mención quería aprovechar como materia prima la producción de
algodón de la región Caribe, lamentablemente se chocó con la tradición del
consumo de manteca de cerdo, tan propio en el pueblo atlanticense de entonces y
en la costa Atlántica en general.
LOS
“TURCOS” O MANITOS SIRIO-LIBANESES DICEN PRESENTE A BARRANQUILLA. La inmigración árabe a
nuestro país empieza a finales del siglo
XIX pero este fenómeno se va a desarrollar a lo largo del siglo XX, y va a
durar hasta nuestros días.
Los primeros árabes llegan a Colombia a finales del siglo XIX, por lo general eran emigrantes cristianos u ortodoxos que vivían en territorio ocupado por el imperio otomano, y donde la imposición del Islam era la obligatoriedad. Procedían de países como Siria, Líbano y Palestina, territorios dominados por los turcos de 1516 hasta 1917. Con el fin del Imperio Turco al final de la I Guerra Mundial, los territorios en mención pasaron entonces a ser controlados por los mandatos británico o francés.
Los primeros árabes llegan a Colombia a finales del siglo XIX, por lo general eran emigrantes cristianos u ortodoxos que vivían en territorio ocupado por el imperio otomano, y donde la imposición del Islam era la obligatoriedad. Procedían de países como Siria, Líbano y Palestina, territorios dominados por los turcos de 1516 hasta 1917. Con el fin del Imperio Turco al final de la I Guerra Mundial, los territorios en mención pasaron entonces a ser controlados por los mandatos británico o francés.
La
causa principal de la emigración fue principalmente económica, en razón a que los turcos tenían relegados a
los nativos en los sectores comercial y productivo, olvidando con esto, que los
sirios y libaneses eran, y lo siguen siendo, por tradición histórica,
mercaderes. Tengamos presente que los fenicios (Líbano) fueron quienes primero
hicieron del comercio el mundo globalizado de la época.
De
esta forma, quienes por tradición histórica o familiar eran potenciales
comerciantes, se vieron precisados a emigrar, y entre quienes lo hicieron,
vieron en América, y en un país llamado Colombia, pero en especial, una ciudad
iluminada denominada Barranquilla, como el sitio en donde se podían hacer
negocios, y por ende dinero, sin complicación alguna.
El
de por qué a los sirios, libaneses y palestinos les comenzaron a llamar
“turcos” en la “arenosa”, pues hay varias especulaciones, pero la principal, es
que estos emigrantes lo hacían con pasaporte de Turquía, en razón a que sus
nacionales de origen entonces no tenían reconocimiento.
Las primeras oleadas de sirio-libaneses y
palestinos llegaron a Puerto Colombia y se instalaban inicialmente en
Barranquilla; es lo que los especialista considera emigración de primera
oleada, ya que la medida que el cupo de comerciantes se satisfacía, la segunda
y tercera oleadas incursionan “tierra adentro” de la región Caribe,
principalmente en las ciudades capitales, y luego en las poblaciones medianas y
menores.
Entre
los primeros árabes en llegar a nuestra tierra se encuentra el señor Muvdi, originario
de Betyalá (Palestina). Con él llegan más, quienes se dedican a la venta ambulante, y se dice que los Muvdi
al igual que los primeros sirio-libaneses en Colombia empiezan vendiendo
cordones, telas y mercancías variadas. Ventas que efectuaban en las calles de
Barranquilla casa a casa, puerta a puerta. Hasta la década de los 70 del siglo
XX se veían turcos por los barrios del sur de Barranquilla ejerciendo esta
actividad.
Hacia
1904 llega el señor Abuchaibe, también originario de Betyalá, acompañado de su
tío, Musa Abuchaibe, y al igual que otros sirio-libanés, se dedica a
vender en la calle hilos, peines, polvos
para la cara, perfumes, pomadas, espejos, collares.
Los
sirio-libaneses imponen el sistema de venta al “crédito” o al fiado o a plazo.
Dejaba la tela y la cobraban por semana o por mes durante un plazo acordado con
el cliente.
Con el paso de las décadas los árabes se dan
cuentan que pueden ser políticos, e incursionan en la vida política de las
regiones y el país, por eso apellidos como Tarud (Gran líder de la entonces
ANAPO de los años 70 del siglo pasado), Abuchaibe, Name, Sejebre, son
reconocidos en la arena pública del departamento del Atlántico. La valoración
de estos se la dejo a usted estimado
estudiante.
Comentarios
Publicar un comentario